La Educación Sexual Integral al borde del bochazo
Pero al cometido me encomendé. Y como
propuesta se me ocurrió hablar en todos los cursos (4to a 6to de secundaria) sobre
una partecita de la ESI: La salud reproductiva, un tema que me preocupa y mucho
aunque escapa a los temas prioritarios de la progresía en boga. La experiencia
fue muy buena. Si bien solo pude interactuar con quienes les tocaba asistir a
su burbuja en esa semana, noté en los chicos una naturalización del tema y poco
resquemor a tratarlo, y hasta un buen nivel de información. Pero eso no iba a
quedar ahí, les envié a leer un texto oficial online (Aclaración: solicité al Ministerio de Salud un listado de instituciones donde se distribuyan métodos anticonceptivos gratis y me respondieron diciendo que no lo tenían) y luego a responder una
encuesta que, obviamente, incluiría a alumnos y alumnas que no asistieron por
pertenecer a otras burbujas o estar dispensados (estos son los que tuvieron
permiso para no asistir a clases durante todo el año). Ahí es donde los
resultados fueron alarmantes.
Entre los que respondieron (112
alumnos de entre 15 y 19 años de tres escuelas públicas de Lomas de Zamora) el
42% de los chicos dicen haber tenido una cantidad “maso” charlas o actividades
por la ESI en 2021, el 16% solo en la materia que dicto yo y al 15%
estaba en una burbuja que no le tocaba ir. Esto significa que solo 1 de cada 4
alumnos tuvieron más de cinco charlas de ESI en diversas clases durante el año.
Con respecto a cuantas veces tuvieron clases de ESI a lo largo de
la secundaria el tema está más repartido: El 23% dice haber tenido “muchas
veces” (más de 10) el 35% “una o dos veces por año”, el 36% dice haber tenido
menos de cinco en todo lo que llevan de secundaria y lo alarmante es que el 5%
dijo nunca haber tenido una charla o actividad sobre el tema.
Sobre salud reproductiva, el 82% dijo haber recibido de “algo” a “mucha”
info, y solo el resto poco o nada.
Con respecto al nivel de reconocimiento de los métodos
anticonceptivos, el preservativo está primero con el 96,5%, segundo son las
pastillas anticonceptivas con el 91,2%, en tercer lugar el chip subdérmico
(53,1) y en cuarto puesto el DIU (49,6), seguido del inyectable anticonceptivo
con el 35%.
Otro punto preocupante es el reconocimiento de las propiedades de
protección de cada uno de ellos: el 99% reconoce como el más efectivo al preservativo
para evitar enfermedades infecciosas, pero en total un 20% reconoció a los
otros métodos con alguna capacidad de protección. Entre las enfermedades más
identificadas está por lejos el HIV, y tuvo alta mención el herpes, HPV,
sífilis y clamidia, entre otros.
El 60% de los encuestados reconocen hablar también del tema en sus
hogares, el 46% lo hace con amigos y el
15% dice no hablar con nadie sobre el tema. Con respecto a buscar
información en internet, solo el 28,3% dice hacerlo en sitios oficiales o de
confianza, el 32% lo hace en redes sociales o Youtube y el 25,7% no busca
información.
El 86% de los chicos y chicas creen que tener una buena Educación
Sexual Integral es buena para evitar enfermedades, embarazos no deseados y
poder lograr una buena planificación familiar. En este sentido, los “aspectos
económicos” fueron tenidos en cuenta por 2 de cada 3 chicos, mientras que los
“aspectos personales” fueron elegidos por 1 de cada 3. Además, el 96,5% sabía
que hay métodos anticonceptivos gratis en centros de salud públicos.
En la respuesta puntual sobre el Implante Subdérmico (que confieso,
fue mi intención darle amplia difusión) el 51% dijo conocerlo y conocer a
alguien que lo usa. El 24,8% lo conoce pero le gustaría más información. Y solo
el 24% dijo tener poca o nada de información.
Y el aspecto que nos muestra la conciencia sobre el tema: El 93,3%
cree que las políticas de planificación familiar pueden ayudar a mejorar
la sociedad en los próximos años. Entre
las frases anónimas que expresaron en las preguntas abiertas acerca de la
maternidad/paternidad, desarrollo económico o realización personal, destaco las
siguientes: “Porque
veo a mis hermanas cómo se les cortó su vida, veo a mi mamá cómo perdió toda su
vida también criando hijos y no me gusta para nada la idea además de que no me
gustaría traer a alguien a esta sociedad de ahora porque es horrible, y
sobretodo porque quiero tener libertad siempre de poder hacer lo que quiera
como por ejemplo ahorrar e irme de vacaciones el tiempo que quiera, etc,
también porque siento que sería un mal padre porque apenas puedo con mi vida”.
“Por qué no me gustaría tener
simplemente eso, no veo el deseo de ser mamá y tener una familia” dijo otra
chica. “Para poder estudiar y hacer otros planes a futuro que no podría
hacerlos teniendo un hijo”. “Respeto a los Niños, pero creo que deben tener
padres que los amen, quiero ser médico no un padre” sentenció otro.
Una pregunta abierta que hicimos era que si hoy creían que no iban
a querer tener hijos y que expliquen por qué. Esta pregunta era opcional y de
64 respuestas, el 42% dijo que porque se querían enfocar en sus vidas personales
o no les gustaban los niños. El 32% dijo que primero asegurarse una futuro
próspero para poder pensar en una familia a largo plazo. El resto se divide en
opciones variopintas, como uno que prefiero solo adoptar, otros que si quieren
ser padres y uno que dijo ya estar esperando un bebé.
El recorte de este informe que hice para compartir deja datos
curiosos y, al menos en mi punto de vista, esperanza de una sociedad mejor y
con más conciencia, pero los números demuestran que instituciones y docentes en
general siguen sin abordar la temática de forma completa y seria, pese a los
inmensos presupuestos y retórica política sobre el asunto.
Como suele pasar en educación (y en este caso asociado a la salud)
siempre hay mucho ruido, y pocas nueces.