20 de septiembre de 2019

Pensando una educación de la realidad


Este es un trabajo elaborado por un equipo de docentes al que tengo la suerte de coordinar, como respuesta a una jornada institucional indicada por la Dirección de Escuelas en febrero de 2019. En esta transcripción, no figuran las consignas indicadas ni algunas apreciaciones internas sobre la funcionalidad de la escuela dónde trabajamos. Decidimos publicar los fragmentos que declaran las condiciones en las que trabajamos y los objetivos que tenemos como equipo de trabajo, además de responder a las políticas de educación, erráticas y alejadas de la realidad, no solo de este gobierno si no también de los anteriores.




Revisión de las prácticas pedagógicas para el ciclo lectivo 2019

Dada la nueva modalidad de evaluación, podrían modificarse aspectos de interrelación entre asignaturas. Si bien nuestro departamento trabaja coordinado entre profesores del mismo año y aun en todo el ciclo superior, siempre es positivo revisar y mejorar las estrategias. De proyectos en conjunto en donde distintos profesores evalúen una parte del proyecto realizado.

También sumar y hacer más hincapié en el desarrollo del alumno a lo largo del trimestre y del ciclo lectivo. Que un cierre de trimestre no se sienta tanto como un punto cúlmine; intentar, con las actividades y el tipo de evaluación, que los alumnos logren internalizar la idea de desarrollo en la materia, y del trabajo durante todo el trimestre. Buscar que el alumno entienda que el proceso educativo arranca en marzo y finaliza en febrero del año siguiente. Si el alumno logra promocionar antes, es un premio, y no son un castigo las mesas evaluadoras. Pero esta es una política que debiera ser del Estado Provincial.


En relación a las prácticas pedagógicas consideramos necesario profundizar el trabajo transdisciplinar dentro de la misma orientación. Este año comenzamos a implementarlo pero quedó a mitad de camino la realización de un estudio de mercado para conocer la imagen de diferentes empresas de servicios y es muy enriquecedor el trabajo con contenidos y aportes de distintas materias ya que permite observar la conexión que puede haber entre ellas y que dejen de ser islas o materias aisladas. Esto nos parece importante implementarlo con otras materias e incluso entre diferentes cursos ya que la realidad que manejan los chicos hoy en día tiene más que ver con esto, con lo dinámico con lo transversal y lo integral.

Nos parece interesante profundizar en prácticas pedagógicas que, entre las distintas asignaturas, nucleen el conocimiento mediante un arsenal de saberes, procedimientos y formas de desarrollo de cada alumno, comprendido como un individuo y no como un número estadístico.

Más allá de eso, parece necesario implementar formas de llevar realmente a la práctica los acuerdos departamentales, ya que en la mencionada “agenda” docente actual, es realmente imposible que eso se lleve a la práctica. Las reuniones semanales de los docentes son hoy algo utópico, imposible debido a nuestros horarios. Basado en un pésimo sistema de asignación de horas que nos obliga a tomar módulos de a dos o tres horas en muchos colegios diferentes. Las horas deberían salir por paquete de al menos ocho módulos, así el docente en un acto público (que debería ser digital, online y transparente) accede a trabajar en una sola escuela concentrada. Pero esto es algo que debe cambiar en la política educativa desde el Estado con apoyo gremial.

Debería remarcarse lo distinto que tiene cada orientación. No poner necesariamente el acento en la salida laboral, ya que actualmente no tiene tanta incidencia en los chicos.  Es importante que el alumno tenga interés y motivaciones, por lo cual destacaríamos lo que cada orientación tiene de fuerte, para así captar a los alumnos a quienes les interesan esas actividades o sienten más afinidad. Especialmente qué proyectos grupales, escolares e interescolares se realizan en esa orientación. Si la escuela tiene por ejemplo radio, laboratorio de medios, etc, para que la orientación sea más atractiva. Y qué proyectos pueden salir de la escuela y realizarse en otros ámbitos, en cada una.

La continuidad y permanencia de las trayectorias escolares de los y las estudiantes, no dependen como cita  el documento de los fracasos en instancias evaluatorias, sino de las condiciones de posibilidad generadas por el contexto socioeconómico, que atraviesa la vida de nuestra educativa.

Es pertinente dejar de hacer el foco en otras variables, porque la política educativa está dejando de lado cada vez más la calidad académica y parece que cada vez nos hace más responsables a los docentes. Los gobiernos ignoran las realidades de las escuelas y parece que también de la sociedad.

Consideramos que una vez  más se profundiza el seguimiento de manera burocrática- que no ayuda ni tiene en cuenta cómo se desarrolla el trabajo docente, especialmente de profesores y profesoras que no tienen concentrados sus módulos, para evitar poner el foco en las problemáticas contextuales por las que atraviesan en la actualidad la mayoría de las escuelas de la provincia. 

Se habla de la instancia de evaluación como situación "traumática" sin tener acceso a un solo dato estadístico respecto a cuáles son los factores reales que llevan al fracaso escolar. Resulta poco serio. Consideramos que las evaluaciones deben ser constantes y formativas. No sólo el resultado de una evaluación puntual sino de todo el proceso de aprendizaje que el alumno lleva a cabo durante cada trimestre o con cada tema

Seguro es necesario repensar nuestras prácticas, pero éstas deben estar acompañadas de políticas realmente serias, darle el valor que se merece a la tan mencionada educación de "calidad" con los recursos  necesarios a tal fin y auténtico reconocimiento de la tarea docente por parte de aquellos que nos gestionan y de toda la comunidad.

También nos preguntamos: Cuando hablan de apoyo y capacitación hablan de lectura de normativas, documentos y bibliografía ¿Están hablando de capacitación?, pues sería necesaria una oficial del Estado.

Elaboraremos proyectos entre asignaturas, los denominados Aprendizaje Basado en Proyectos/Problemas (ABP) para que de ese modo sea más “certera” y simple la evaluación. Si se va a hablar de evaluación conjunta deberían revisarse las bases de la educación.  Las materias no tendrían que ser compartimentos estancos (algo que queda en la retórica pero en líneas generales no sucede en la práctica) tendríamos que hablar quizás de parejas pedagógicas, de curriculums que cambien en función de lo grupal, de tiempos y horas extra PAGAS para que los docentes se reúnan a planificar y evaluar, y de inspecciones que no torturen con el número de alumnos aprobados. Si la evaluación es comprendida como proceso de crecimiento habría que ofrecer también apoyo extra a alumnos que por diversas causas, desde cognitivas, socio-familiares, psicológicas o simplemente de interés, no son capaces de tener un buen desarrollo en una o todas las asignaturas.


No acordamos con la acreditación la evaluación colegiada y la rúbrica que tenemos que elaborar, lo cual implica que no podemos colocar una nota muy dispar de lo que acordamos, ya que un alumno puede ser excelente en lengua y no entender nada de física, ya que todas las personas contamos inteligencias múltiples.

El nuevo proyecto engaña pensando que la solución a un alumno que no le gusta por ejemplo, la matemática, es pensar y tranquilizarse porque sí le gusta y es bueno en educación física. Una cosa son los intereses y las habilidades, las diferentes inteligencias de cada uno, pero la escuela no está sólo para remarcar UNA inteligencia que el alumno ya tenga dada, sino para ofrecer un abanico de posibilidades extra y desarrollarlo en todos los aspectos, incluso los que más le resulten inalcanzables.


Colaboraron en el presente documento las docentes Julia Raggio, Clarisa Caballero, Carolina Barenbaum, Susana Juárez, Vanesa Cicchini, Mariel Barbosa y Julia Beitelmajer. Compiló Hernán Bañez.


 febrero de 2019