11 de julio de 2015

La ilusión sin porvenir: El papel de la religión como neurosis social

Esta nota la escribí en diciembre de 2004, me la encontré de casualidad en internet y ahora la comparto. Ya no coincido con muchas de las cosas que aquí escribí, pero en fin, no está mal reconstruir mi archivo. Espero les guste (pese a que a mi no)


Introducción: La pregunta motivadora


Hace poco me preguntaron cual creía yo que era el mayor invento que había producido la humanidad, yo contesté sin titubeos, la Religión.
Porque la Religión ha influido en todo el quehacer humano mucho mas de lo que nosotros creemos. Se encargó de hacerle creer a todos los pobres que está bien que así vivan, que acepten esa condición naturalmente y no se movilicen por cambiarlo, porque tendrán una recompensa luego de la muerte. Ha justificado al rico de su buenaventura, ha otorgado poder a los clérigos, monarcas, oligarcas y demás. Con ella se justifican guerras… se convirtió en el máximo organismo controlador. Y no me refiero sólo a occidente, sino a todo el mundo.
Una de las partes más fantásticas de "Dios y Estado", la obra de Mijail Bakunin, es la que se reproduce a continuación: "Hay una categoría de gentes que, si no cree, debe al menos aparentar que cree. Son todos los atormentadores, todos los opresores y todos los explotadores de la humanidad. Sacerdotes, monarcas, hombres de Estado, hombres de guerra, financistas públicos y privados, funcionarios de todas las especies, policías, carceleros y verdugos, monopolizadores, capitalistas, empresarios y propietarios, abogados, economistas, políticos de todos los colores, hasta el último comerciante, todos repetirán al unísono estas palabras de Voltaire"Si Dios no existiese habría que inventario. Porque, comprenderéis, es precisa una religión para el pueblo. Es la válvula de seguridad".
Ahora vamos a tomar la obra de Freud para explicar esta genial invención.
A lo largo del tiempo Freud desarrolla varios temas, pero pasó una etapa que trata la visión que tiene del hombre, porque la teoría freudiana aborda el funcionamiento de la sociedad con aristas útiles para analizar a una sociedad y su religión.
Sin duda, "Tótem y tabú", "Mas allá del principio del placer", "El malestar de la cultura" y "El Porvenir de una ilusión" son las obras mas clásicas de la obra de Freud. Las últimas dos, plantean el "porque vivimos en sociedad, porque el hombre vive en sociedad". Y dice que el hombre es absolutamente egoísta, y por qué el hombre se preocupa sólo por si mismo.
Freud llega a la conclusión que los tres instintos más básicos que tiene el hombre (En realidad habla de impulsos) son el canibalismo, el incesto y el asesinato.


El temor a morir


Al hombre le gusta encontrarse con muchos otros pecadores. Y para colmo de males, Freud descubre que el hombre se junta por temor. Porque es el miedo el que va a llevarlo a controlar, de alguna manera, estos impulsos. Hegel decía que el hombre se juntaba por el concepto de la muerte. Barthes en cambio, decía que en cada ceremonia funeraria estamos asistiendo a nuestro propio funeral. Y todo esto tiene mucho que ver porque todos nosotros tenemos la única certeza de que nos vamos a morir, eso si, no sabemos cuando ni como. Y este marco hace que la vida transcurra como tal. ¿De donde viene ese temor? De haber visto que otro se ha muerto.
Así, el temor fundamental del hombre es el temor a la muerte y todas las variables que esto implica. Porque el hombre es el único ser viviente con conciencia plena del desarrollo del tiempo, sabemos que cada segundo que pasa estamos mas cera de la única certeza que tenemos. Veamos ahora el ejemplo de Blade Runner, de Ridley Scott. Donde una Corporación llamada Tyrell, desarrollaba un nuevo tipo de robot llamado Nexos, pero conocido como Replicante, e idéntico al hombre. Estos eran superiores en fuerza y agilidad, e iguales en inteligencia a quienes los crearon. Pero estos robots, casi humanos, sabían la fecha en la que iban a morir. Venían con una fecha de vencimiento que ellos conocían, no como nosotros los seres humanos, que también tenemos un vencimiento, pero en ninguna parte del envoltorio lo dice.
Esta conciencia de que nos vamos a morir implica la angustia existencial de que no nos queremos morir solos, el único ser que tiene esta angustia es el hombre. Esta angustia nos constituye en ese "querer zafar" de ese mundo de la muerte que se nos viene irremediablemente encima, aquí sobreviene la construcción simbólica: Freud encontrará distintas explicaciones de la muerte, y habla de dos alternativas que hace a la conformación de la muerte:


  • La enfermedad, que no es más que la degradación del cuerpo.
  • La imprevisibilidad de la naturaleza, porque por más poderoso que se sienta el hombre, nada puede manejar.
La conformación de este temor va a motorizar la posibilidad de llegar a la prohibición de los tres impulsos básicos. La prohibición viene de un temor, y la prohibición queda plasmada con la conformación de una Ley. Esto es la imposición del prohibir un temor que caiga dentro de la Ley. El temor que genera la prohibición hace a la Ley.


Complejo de Edipo y su relación con los tres impulsos básicos


El primer temor del niño, por supuesto que de modo inconciente, es el temor a la castración, y es el primer indicio que da solución al complejo de Edipo. Donde el niño concluye: que a la Madre no le puede hacer "cosas" que Papa si y le prohíbe hacerlo, comienza el problema. Entonces el niño siente que se tiene que parecer a Papa por ende se hace cargo de la Ley, porque "Papa me lo prohíbe". Pero al parecerse al Padre se identifica y se desarrolla en el tiempo con la posibilidad ilusoria de llegar a ser como su Papa. Pero no solo se establece la prohibición sino también las reglas con la cual se desarrolla este sistema hegemónico de dominación.
Aquí se aplacan los impulsos. Pero no solo "de la ley" vive el hombre, ya que tenemos que tener un mecanismo de compensación. Y es aquí donde llega el genial invento humano: La religión, que es la forma de la ilusión social. Nos explica que en otra vida vamos a lograr todo lo que queremos, pero primero, lamentablemente, hay que morirse.
Freud explica como la sociedad en que vivimos puede perpetuarse mas allá de una generación, por medio de una ilusión que lo que hace es compensar nuestro temor al fracaso. Nuestra cultura (y entiéndase por esto a occidente, mas allá de que sea aplicable a todo el mundo) nos invita a que nos metamos en un plan de ahorro previo, donde si pagamos "x" cantidad de cuotas –y cada religión tiene mas o menos intereses- la sociedad nos va a dar la "satisfacción garantizada", y entonces, llegará la felicidad.
Si uno se porta bien a la larga va a venir la retribución: Aunque uno se muera, en el "mas allá" o en "el cielo" tendrá su recompensa –para otras religiones/sociedades en la siguiente vida luego de la reencarnación-. En lo social, y desde el punto de vista de una generalización ética uno puede decir que el trabajo dignifica, pero concretamente no. Porque por ejemplo, el desempleado llega al punto de cargar sobre sus espaldas el hecho de estar en esa situación: "Soy un incapaz, por eso soy desempleado, no es que el sistema expulsa a una masa de hombres, sino que como soy un inútil no puedo ser parte de él". Esto es alienación.
En el mejor de los casos, pagamos las "x" cuotas y no se tiene jubilación, y si no se pudo pagar más de la cuota "25" es porque este sistema no nos da respuesta. Y al no haber respuesta, se desquebraja la generalización ética, que conlleva al malestar en la cultura. Porque en las bases de la cultura la ley es divina, esa que viene de una serie de prohibiciones, y en última instancia el futuro no existe, pero ahora se desquebraja. Aquí llega la construcción de la ilusión: La religión esta formada como mecanismo compensatorio a la falta de respuesta. Al hombre solo lo supera el esfuerzo, la religión predica que "Dios bendecirá a sus hijos…", pero sólo con el trabajo y el esfuerzo se logra algo en la vida, o cuando no se nace con un lingote de oro bajo el brazo, como propone el sistema sonde los ricos, perpetúan su posición. El problema radica en que hay gente que a ese lingote lo gasta en cosas efímeras y se queda sin nada, pero lo que verdaderamente vale, es que hay otra gente que tiene un reino entero, un reino que para los valores de mercado no vale nada.