CON UN ESTADO AUSENTE
Barrio
Obrero: Vivir entre la basura, inundaciones y con enfermedades.
La basura gana espacio, posicionando el distrito en el mapa de las comunas con peor olor de toda la Provincia. Sus vecinos sufren de contaminación al no recibir recolecciones diarias por parte del Municipio. Historia de los que las sufren, estadísticas y la voz de dirigentes.
Por Marcelo Rojas Gonzalez, Kevin Ramirez, Lucas Carrera, Paola Martinez Morel y Rodrígo Cardozo.
Lomas no
tiene un plan de contingencia, que sumado a estas jornadas de menos de 10° de
frío y en días de lluvia, la basura puede obstaculizar las alcantarillas y
bocas de tormenta, generando decenas de calles inundadas. Sin dudas la zona más afectada es Barrio
Obrero, un vecindario marginado por la gestión del municipio.
Desde el
Concejo Deliberante, durante la última sesión, se aprobó la creación de un
registro local de cartoneros, con la mira puesta en formalizar el trabajo de
los recolectores urbanos y campañas de separación de basura en las que puedan
participar todos los vecinos para que, junto a los recicladores, se categoricen
mejor los residuos y eso permita reciclar mayor cantidad de materiales.
La
realidad de la localidad es muy cruda y los vecinos de esa zona del partido de
Lomas de Zamora, en el sur de conurbano bonaerense, viven día a día la falta de
gestión y el olvido de las autoridades municipales y provinciales, “es una
decidía total, acá se inunda y cuando está por llover empiezan a desbordar las
cloacas, el olor se impregna en las casas y después hay que desinfectar,
necesitamos ayuda”.
Historia
de vida.
La vida
entre la basura
Vive a
dos cuadras del penal de Lomas de Zamora. Su marido trabaja para una
cooperativa barriendo calles y el arroyo. Maira, que se queda en el hogar
cuidando a los chicos, nos contó que hace ocho años sufren por la contaminación
de la basura, pero recién “hace
tres meses pasa un camión de Covelia”.
También
nos dijo que nunca se reclamaron a las autoridades porque “Ellos solos se arreglaban”. Son
nueve personas conviviendo en el hogar de los cuales siete son niños. No
cuentan con cloacas, gas natural, asfalto y solo tienen alumbrado público en la
esquina. En momentos lluvia no pueden salir, ella se dedica a sus hijos y
sobrevive con la asignación que cobra por cinco nenes.