24 de agosto de 2015

Sobre la pedagogía Waldorf o la educación "Ned Flanders".

En los últimos años ha crecido y mucho una nueva corriente sobre la educación de los chicos en Argentina: La Pedagogía Waldorf. Esta pedagogía es oriunda de Alemania, creada por Rudolf Steiner, un filosofo suizo que en 1907, escribió un ensayo titulado "La educación a la luz de la Ciencia Espiritual", y que en 1919 daría lugar a la primera escuela Waldorf para los hijos de los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, en Stuttgart. Steiner vivió obsesionado con la obra de Johann Wolfgang Goethe y afirmaba que su filosofía provenía de su "percepción espiritual directa". 

Detrás de la buena prensa de la que goza esta metodología, que se difunde a través de la ausencia de exámenes y de pesados libros de texto, una filosofía anticapitalista y una impronta natural y artística, hay un trasfondo que hay que explicar y dar a conocer: La Antroposofía. 

La Antroposofía es la filosofía creada por Steiner que sirve de paraguas para varías de sus otras creaciones, como agricultura biodinámica, la medicina antroposófica y la euritmia, y es una cosmovisión que relaciona la naturaleza, al hombre y el cosmos, encontrando "las respuestas para las preguntas que surgen sobre los misterios de la vida" (cita). Pero en realidad es una corriente esotérica basada en las visiones ocultistas de Steiner, que ha carecido de cualquier tipo de método científico y que permite al hombre "percibir la realidad no sensible", es decir, lo abstracto e incomprobable del mundo espiritual.


Típicos juguetes Waldorf
En este sentido, la pedagogía Waldorf ve en el niño un ser absolutamente indefenso ante las "amenazas" del mundo adulto: "Tan importante como lo que ingerimos por la boca es lo que tenemos que digerir en nuestra alma; de allí que sea de vital importancia proteger los sentidos de los niños. ¿Qué escuchan? ¿Qué ven? ¿Qué sienten?", anuncia la web de la Escuela Juana de Arco de Buenos Aires. Además de desaconsejar "firmemente el uso de la TV, la computación para niños, el consumismo en el que esta sumergido la sociedad hoy en día, el abuso de golosinas. Todo esto aleja al niño de su tarea principal, que es el desarrollo de su cuerpo" (cita). 

(Lo invito a una pausa y seguir cada uno de los links para poder ver por ud. mismo las posturas y argumentos de esta creencia)


Hasta aquí se presentó la visión romántica e idealista del ocultismo de Steiner que tanto enamora (y confunde) a padres inseguros y temerosos acerca de los padecimientos que pueden sufrir sus hijos en una escuela tradicional. Ahora bien, usted estimado, lector se preguntará que tiene que ver todo esto con el querido vecino de Springfield, Ned Flanders, pues bien, comenzaremos a enumerar el lado B de esta creencia.

Los chicos que van a este tipo de escuelas no les enseñan a leer sino hasta los 7 años, ya que Steiner dividió la vida humana en septenios, y por tal motivo la primaria waldorf comienza recién a los 7 años, cuando el niño ya tiene sus dientes permanentes: Si, para esta creencia la dentición definitiva es una variable de la maduración cognitiva.

Pero hay más: está censurada la tecnología, la Tv, la computación, y lo audiovisual como el cine. Los niños deben dormir 12 horas corridas aproximadamente, por lo que deben ir a dormir cerca de las 7 de la tarde para "reponer fuerzas vitales" para asistir al colegio al día siguiente. Dentro de la cosmovisión de Steiner, la alimentación, la vestimenta y lo estético son fundamentales: los alimentos deben ser naturales, preferentemente orgánicos -de precios inaccesibles para los sectores populares- y se basan en verduras, frutas y cereales, no se comen carnes ni lácteos. Si, los niños waldorf no toman leche o lo hacen en raciones muy escatimadas. Los juguetes no pueden ser industrializados, están prohibidos los plásticos y deben ser confeccionados de manera artesanal en productos naturales como lana o madera. Además, los muñecos no deben tener rostro, para que los niños puedan imaginar las expresiones.

Pero hay más: No creen y de hecho, promueven la no vacunación de los niños. Los argumentos son escasos: "el cuerpo puede generar anticuerpos naturales" o "no es necesario incorporar al organismo enfermedades que el cuerpo puede rechazar por si sólo" (estas citas son textuales luego de haber entrevistado a maestros waldorf). Además de la locura y la gravedad que esto conlleva, no confiesan que Steiner sostenía que la vacunación atenta contra la fortaleza natural del espíritu (algo que recuerda a la creencia de los Testigos de Jehová de no aceptar transfusiones de sangre).

Acá aparece por fin el link con la figura de Ned Flanders: El vecino de Homero es un fanático cristiano protestante lector de la Biblia que niega la ciencia y la modernidad según su visión del mundo, aún más extrema que el mismísimo Reverendo Alegría: educa a sus niños como fanáticos religiosos, aislados del mundo real, a quienes no vacuna ni les permite ver televisión, a excepción del canal religioso. Y claro, los manda a la cama a las 7 de la tarde.

Cuando más arriba citamos a la escuela waldorf y decía de "proteger los sentidos de los niños", más bien se refiere a condicionarlos con un panóptico obsesivo: Steiner escribió en 1893 el libro "La filosofía de la libertad", pero la antroposofía no es más que la filosofía de la prohibición: Se prohíben juguetes, entretenimientos, alimentos, colores (el negro de hecho no puede utilizarse para vestir) horarios, medicina, pero por sobre todo, desarrollo y evolución sociocultural.


Otro punto a tener en cuenta es que es una educación absolutamente retrógrada y europeísta: Los cuentos de hadas sobre princesas y caballeros están a la orden del día en la escuela Waldorf, más precisamente las versiones originales de los hermanos Grimm, donde no se aggiorna siquiera el español antiguo. Los alimentos también son traídos de la tradición sajona, como nueces, almendras y pasas de uva que suplen -o intentan hacerlo- a las golosinas. Tal vez lo más grave desde lo educativo es que no celebran fechas patrias.


Los monopolios propios


Es imposible no asociar estas cualidades a una creencia sectaria. Steiner creó su propia filosofía basada en una reinterpretación ocultista del cristianismo, y aportó su propia alimentación, medicina (que niega toda la medicina tradicional, científica o "alopática", ya que no consumen antibióticos ni analgésicos por mencionar algunos) su propia arquitectura, vestimenta (se utiliza un color para cada día de la semana) su propio arte (euritmia) y obviamente, su propia pedagogía. Esta cosmovisión cerrada con un líder iluminado y basada en un origen cristiano, da todas las características que requiere una secta. Con todo esto y negando el desarrollo tecnológico, también ud. se puede estar acordando de los menonitas en Argentina.



Pero los antropósofos, congregagos en la Sociedad Antroposófica, tienen sus propias corporaciones: Podemos comenzar mencionando la Editorial Antroposófica, que es la que se encarga de difundir la bibliografía de la creencia, o Weleda, que provee todos los medicamentos no-alopáticos que los seguidores de la antroposofía necesitan para vivir (hasta que la ciencia les demuestra lo contrario). "La Medicina Antroposófica surgió como resultado del trabajo conjunto del filósofo y científico Dr. Rudolf Steiner con algunos médicos y farmacólogos, que acudieron a él con el ánimo de enriquecer su visión de la profesión médica y del concepto puramente mecanicista de la medicina (y del ser humano) que predominaba ya en aquella época" reza la web de la corporación no-capitalista (¿?) Weleda. Es curiosa la concepción de doctor y de científico que le atribuyen a Steiner, cuyas investigaciones sólo se basan en "conocer los mundos superiores". (Lea el artículo sobre el Tríodos Bank de España)

Contradictoriamente, dentro del alucinar de Steiner y quienes lo adulan, también tomaron conceptos de la revolución francesa, y expresan que la educación debe ser "libre en lo espiritual, igualitaria en lo social, y fraternal en lo económico", pero si bien profesan tener un formato cooperativo, lo cierto es que funcionan como colegios privados de cuotas caras ($2000 como mínimo en 2015, unos 200 dólares) que disfrazan de "aportes sugeridos". Negocio redondo.


La era de la individualidad


Todo este tipo de creencias, enmarcadas en lo que fue la "New age", crecen a la luz del individualismo posmoderno incentivado por la doctrina neoliberal desde los años 70. La New Age es un sistema de creencias y prácticas sincréticas sobre la exploración espiritual, la medicina holística y el misticismo entre otros. Incluyen visiones vagas y generales en historia, religión, espiritualidad, estilos de vida y música. Estas creencias son reinterpretaciones y recopilaciones de mitos y religiones previos, como combinar la divinidad de Jesucristo con el karma.


Este menjunge de creencias no son más que la "búsqueda del yo interior", la autoayuda y el individualismo espiritual que mueven un gran negocio de libros y productos de salud que, supuestamente, se presentan como contrarios a la hegemonía consumista y alopática. 


De locos: Usan una sola tipografía para todas sus publicaciones.
He aquí una de las tantas contradicciones de la pedagogía waldorf: su ideal supuestamente libre en lo espiritual, igualitaria en lo social, y fraternal en lo económico, no se refleja en la práctica, pues no hay chico de clase subalterna con acceso a esta escuela privada. No he visto, y dudo que suceda, un sistema de becas para familias de bajos recursos en zonas periféricas. Tampoco los vi darle la oportunidad de acceder a chicos en hogares de menores, como el Hogar Pereyra, por nombrar alguno. Es que esos niños no sirven para las escuelas waldorf: además de no poder aportar dinero, no tienen padres que se puedan ocupar del mantenimiento y limpieza de la escuela, además de tener que llevar los cereales y mermeladas que comen los chicos en las meriendas. Si, pese a abonar unos 200 dolares por mes, también es parte "fraternal" hacer las tareas de auxiliares en el lugar.


Para quienes coincidan con todo lo expuesto en este artículo, bienvenida sea la educación Waldorf, para quienes creemos que la educación debe ser pública, laica y gratuita, y que es el Estado quien debe garantizar las condiciones básicas (como mantenimiento, higiene e igualdad) es importante -o vital- que no nos contrabandeen ocultismo y sectarismo detrás de una idea naif de "no hay notas, competencia ni libros de texto". Y es que justamente lo que necesitamos es leer -y aun con dientes de leche de ser necesario- y mucho, cuentos, novelas, ensayos, historietas, historia, también teconología en su justa medida, pero las ideas de Steiner -y de quienes lo siguen hoy- atrasan cien años. Si ellos no quieren tecnología, que no eduquen a sus hijos como eunucos informáticos. 
Pero lo que necesitamos, por sobre todo, es ciencia.

Ciencia que no estaba en la torre de Rapunzel (o Verdezuela, versión que se cuenta en las escuelas de este tipo), que tampoco tenía televisión, ni plásticos, ni sociedad, ni historia. No se puede educar a los chicos en una torre de cristal, negando la realidad y el desarrollo humano por más que no nos guste. Porque la revolución se hace en la ciudad, en el mundo real, como imaginaron los hermanos Wachowski en su Matrix. Y el pobre de Ned Flanders, eso nunca lo entenderá.


Otros textos vinculados:

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¿Dependen las escuelas waldorf de una deriva sectaria?

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La antroposofía y su rama educativa

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Antroposofía: Introducción 


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