En los últimos años hemos entrado en un debate profundo acerca de la enseñanza de la educación sexual en las escuelas bonaerenses y del perfil que cada docente le da. La idea de este artículo es dar una nueva mirada mucho más crítica al tema que nos ocupa: medios de comunicación, libertad de expresión y pluralidad. Este analisis será desde los contenidos de Observatorio de Medios.
Ahora bien ¿se utiliza la ESI para adocrtinar ideológicamente en el aula? ¿Se hace política la ESI? Vamos a repasar algunos conceptos previos. El adoctrinamiento a diferencia de la educación que se da en neutralidad e imparcialidad, es el conjunto de medidas, prácticas educativas y de propaganda tomadas por una autoridad que apuntan a inculcar valores o formas de pensar en los sujetos. Históricamente, el adoctrinamiento ha sido promovido tanto por las élites sociales dominantes influyentes como medio de control social, como por grupos religiosos e ideológicos extremistas.
Por su parte, la Educación Sexual es la enseñanza y difusión de cuestiones sobre la
sexualidad humana, y se la llama “integral”
cuando “Es la que incluye aspectos biológicos, psicológicos, sociales,
afectivos y éticos en materia de sexualidad” según el portal oficial de Argentina.
En un concepto más global (a nivel mundial) es la que “brinda a los jóvenes información precisa y apropiada para su
edad sobre la sexualidad y su salud sexual y reproductiva, la cual es
fundamental para su salud y supervivencia”, esto tiene que ver temas diversos con salud en la intimidad, higiene,
salud reproductiva (uso de métodos anticonceptivos), integridad personal (no
permitir el exceso o abuso de otras personas, sobro todo adultas) y aspectos
que tengan que ver con la orientación sexual.
Puestos sobre la mesa estos conceptos nos
preguntamos ¿se utiliza la ESI para adoctrinar en las escuelas públicas de la
provincia de Buenos Aires?¿Por qué en otras escuelas, privadas o religiosas, el
programa sobre la ESI es completamente diferente? Aquí surge la duda, y hablaremos entonces del concepto de los Aparatos Ideológicos del Estado.
El concepto de Aparatos Ideológicos del Estado (AIE) fue desarrollado por el filósofo francés Louis Althusser. Según Althusser, los AIE son instituciones y estructuras que promueven y reproducen las ideologías dominantes en una sociedad capitalista, asegurando así la perpetuación del poder de la clase dominante. A diferencia de los Aparatos Represivos del Estado, como la policía y el ejército, que funcionan mediante la fuerza, los AIE operan principalmente a través de la ideología.
Esto, que nació como una crítica de la izquierda hacia la derecha ideológica hace 60 años, hoy se reproduce con la misma fuerza en sociedades con gobiernos de centro izquierda. Algunos ejemplos de AIE son:
1. La familia: Transmite valores y normas culturales.
2. El sistema educativo. Diseñado por el Estado, enseña habilidades y conocimientos, pero también inculca la ideología dominante.
3. Los medios de comunicación. Difunden ideas y valores que favorecen el statu quo.
4. Las instituciones religiosas. Promueven creencias y prácticas que apoyan el orden social establecido.
En resumen, los AIE funcionan para mantener el control ideológico y asegurar la continuidad del sistema al influir en las creencias y comportamientos de las personas.
Como hemos visto en la materia, los medios tienen
la capacidad de influir en nuestro lenguaje, consumos, hábitos y valores, y he aquí el objetivo de
inculcar formas de pensar en la educación. El adoctrinamiento, a través de los AIE, se ha utilizado a
la largo de la historia para hacer pensar a una población de acuerdo como el
gobernante, generalmente dictadura, quiere que piense. Así se utilizan los
medios, la propaganda y por su puesto la escuela. Pensemos en la Rusia
soviética o en la Alemania Nazi como ejemplos extremos. Pero también sucede a
nivel democrático. Veamos.
Historia
normativa versus historia revisionista
La historia normativa es aquella que es
considerada como “historia oficial” que se ha enseñado desde 1880 hasta
comienzos del siglo XXI. El revisionismo es un movimiento intelectual que
cuestiona a la historia normativa, y pone en tela de juicio la verdad además de
aportar nuevos puntos de vista. De ahí que un profesor pueda decir que
Sarmiento fue un patriota y otro que fue un tirano. Volviendo al apartado de
ideología (Observatorio de Medios) la historia normativa es la defendida por la
derecha y la revisionista por la izquierda. ¿Cuál tiene la razón? Imposible
saberlo. Tal vez ambas en diferentes aspectos, tal vez ninguna. Eso queda a
criterio de quién quiera investigar.
La ESI queda atravesada por este “versus”: en el período de reinado de la historia normativa, no se hablaba de educación sexual en la escuela por razones más bien religiosas, y apenas había alguna charla al año con especialistas invitados, pero no era contemplado el aspecto “integral”. ¿Por qué? Porque las sociedades conservadoras suelen hacer de la sexualidad un tema tabú.
Desde la llegada de gobiernos de centro izquierda en Latinoamérica en el Siglo XXI, la ESI se convirtió en eje central de la educación sobre todo pública (Estado). ¿Por qué? Porque las sociedades progresistas tienen a una exagerada sexualización de todo. Es aquí dónde tenemos que tener el criterio de evaluar el adoctrinamiento ideológico. Este debate estuvo más presente que nunca con los libros con contenido sexual para niños que repartió la provincia de Buenos Aires (leer artículo).
A los aspectos socioculturales de la educación sexual hoy se le deja de lado el aspecto biológicos o de salud, y se promueve más a la sexualización del joven, con una mirada de género invasiva y opresiva. Por ejemplo la tendencia que tienen algunas personas a hablar con el lenguaje inclusivo (hablar con la é, usar x al escribir, decir las/los). Como vimos en libertad de expresión, nadie puede prohibirnos qué decir o hacernos pensar algo de forma inculcada.
Es penoso que desde el Estado provincial sólo se promueva la "Semana de la ESI" cuando no se promueven semanas de la ciencia, el deporte, el arte, la educación financiera, emocional, los oficios, y podemos seguir contando. El gobierno solo utiliza su AIE para la ESI.
¿Hay espacio para pensar diferente y tener una mirada más
religiosa o normativa?. Quién escribe este artículo cree que ambos extremos son malos, y que los docentes no deben hacer política -aunque sí opinar con franquesa ya que también tienen su derecho a la libertad de expresión- en el aula, porque son parte ejecutora del AIE. El debate en el aula queda abierto.